El amor abrió mis ojos con sus mágicos rayos,
cuando yo tenía 18 años,
y tocó mi espíritu por vez primera con sus dedos de hada.
Selma Karamy me enseñó a rendir culto a la belleza y me llevó al jardín
de su afecto hondo, donde pasan los días como sueños
y las noches como bodas.
Selma Karamy me enseñó a rendir culto a la belleza
con la muestra de su hermosura y la que, con su cariño, me reveló el secreto del amor :
ella cantó, para mí, por vez primera la poesía de la verdaera vida.
Khalil Gibran. Alas Rotas.
miércoles, 28 de marzo de 2007
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